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jueves, 27 de noviembre de 2008

Ojala el entendiera...


Esta es la historia de dos personas que se aman intensamente. Ella lo ama a él y quisiera ser entendida, pero por alguna extraña razón, hay varias cosas que él no comprende. Quizás sus neuronas masculinas son las culpables de que no vea los puntos de ella, las cosas que le gustan y aquellas que son verdaderamente importantes. Aquellas cosas que la hacen feliz, aunque a simple vista parezcan insignificantes. Esas cosas pueden ser las mismas que muchos hombres en la faz de la tierra no logran entender.


Ojala él entendiera que…



  • Ella es una mujer valiosa, que tiene mucho que ofrecerle a él y al mundo. Una mujer perseverante, luchadora y que no permite que las barreras le impidan alcanzar sus metas. Una mujer que lo ama con todo su corazón.

  • Ella valora la honestidad y la confianza. Ella siente que hay muchas preguntas e incertidumbres a las cuales él no le ha dado respuesta.

  • Ella no quiere ni desea pelear, solo desea exponerle sus puntos de vista, desea ser escuchada, comprendida y que se le brinde seguridad. Solo quiere conversar y que juntos puedan hallar una solución. Comunicarse es lo más importante en la pareja, si eso se pierde, lo demás se acaba. Hay que encontrarle solución a las cosas.

  • Ella extraña los detalles, y el sentirse sorprendida por esas pequeñas cosas que el hacía antes. Hay fechas importantes que no se deben olvidar. También ella extraña escuchar palabras que cultiven ese amor.

  • Ella le gusta sentirse importante. No una importancia egoísta, sino una importancia que solo brinda el sentirse valorada y una prioridad en su vida. Esa importancia que se le da a quien uno ama. Esa importancia que hacía sentir que todo lo demás pasaba a segundo plano.

  • Ella no entiende, no le gusta, le lastima ver como se le esconde como si fuera un gran secreto, o la peor de las mujeres. Las llamadas, su nombre, sus regalos, parecen ser algo misterioso que hay que ocultar.

  • Ella se siente sola. Sola porque ha perdido a su mejor amigo, a su confidente, a la persona que sentía podía contarle todo. Ella tiene deseos de hablar hasta el cansancio, poder decirle las cosas cuando pasan, de sentir sus besos, de salir, de compartir con él, de estar entre sus brazos.

  • Ella le agradece el tiempo que le da. Pero siente que no es suficiente, la prisa y el apuro, se han convertido en la cotidianidad de sus conversaciones.

  • Ella intenta entender, como se ha postergado por tantos años algo que ya ha de estar resuelto. Ella ha puesto su mayor esfuerzo en lograr resolver eso. Sin embargo, él ha puesto excusas que cada día los tiene más lejos.

  • La rutina no es buena, porque daña lo construido. Hay que dar espacio para compartir en pareja aquellas cosas que ambos disfrutan. Las demás cosas se hacen en su momento. Cada cosa tiene su tiempo. Se puede lograr un balance.

  • Que hay cosas que lastiman a una mujer. La sensibilidad, delicadeza, forma de pensar, a veces influyen en eso. Ella quiere olvidar todo, pero a veces se topa día tras día con la misma realidad.

  • Que el tiempo pasa, la distancia separa. Las decisiones que se postergan demasiado, no se toman.

La realidad es que cuando se encuentra lo más anhelado, hay que aprender a cultivarlo día tras día. El verdadero amor no se encuentra con facilidad, por lo que cuando lo hallamos, hay que abrazarlo con todas nuestras fuerzas y dar lo mejor de sí para que las cosas funcionen. El interés todo lo puede... Como dice un amigo... el que quiere, puede!

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