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sábado, 27 de diciembre de 2008

Navidad


Esta es una época especial del año. La Navidad nos recuerda la importancia de compartir en familia y más que nada el valor de los sacrificios y el amor incondicional. Además, es importante recordar que los regalos más valiosos que podemos dar no tienen un valor monetario: el amor, el perdón, las palabras y actos cariñosos, el aprecio, la solidaridad, comprensión y tolerancia. Estos regalos son capaces de alegrar la vida y hacer la diferencia en cualquier persona. Dar y recibir amor es una de las cosas más maravillosas con las que podemos contar.

Me gustaría contarles un pequeño suceso que me hizo pensar y reflexionar mucho. Hace unos días atrás estaba dialogando con una madre y su hijo. El niño, como de unos tres años vio un lápiz que tenia sobre el escritorio y empezó a jugar con él. Unos minutos después, vio una taza que tengo, la cual está llena de lápices y bolígrafos. Al verla, exclamó con su dulzura “otro más y otro más y otro más…” El quedó encantado de ver tantos bolígrafos y lápices juntos. Esto me hizo pensar que la mayoría de las veces no nos detenemos a pensar lo afortunados que somos por las bendiciones que contamos. Sean bienes materiales, valores, amigos, familiares, trabajos, y hasta un par de bolígrafos. La realidad es que en nuestra vida contamos con muchas cosas que hay personas que ni tan siquiera han visto. Quizás por lo ajetreado del diario vivir, se nos olvida ver a nuestro alrededor y entender que realmente somos dichosos y hay muchas cosas por las cuales dar gracias.

Creo que de eso se trata la Navidad. Cuando pequeña en esta época pedía muchos regalos, con la esperanza de que llegaran todos para sentirme feliz. Eso para mí era lo importante, siendo una niña. En este momento, puedo aprovechar está época del año para dar gracias por todas las cosas fabulosas que he alcanzado. Mis aciertos, desaciertos, estudios, mi familia, trabajo, amigos, valores, experiencias de vida, momentos felices, por las sonrisas, los chistes, la salud, el amor, y por todas las cualidades, habilidades y cosas por mejorar que me hacen ser lo que soy.

Este fue un buen año, lleno de recuerdos que llevare guardados en el baúl de las referencias (mi cerebro). A pesar de las preocupaciones, tristezas, malos momentos, que son parte de la vida, este año fue único, irrepetible e inigualable. Fue un año de aprendizaje, un año en el que se me permitió estar viva y poder ayudar y ser ayudada. Espero que el próximo año sea uno en el que pueda dar gracias en vez de renegar, de ver el propósito de las cosas, antes que sentarme a llorar, de contar con seres especiales y que ellos sepan que cuentan conmigo.

¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo a tod@s!

viernes, 28 de noviembre de 2008

Hay Días...



Hoy estaba hablando con una persona que se sentía desanimada. Me decía “hoy no ha sido un día fácil” y me trataba de explicar lo fuerte que es la vida en ocasiones. Su voz se entrecortaba y silencios prolongados daban espacio para que yo pudiera entender que necesitaba que se le escuchara. Esta persona me explicaba como estaba agotada por todas las vicisitudes que se pasan. Realmente, esta persona se sentía cansada y tiene derecho a estarlo porque su condición de salud no es la mejor. Durante la conversación le explique que hay días en los que sentimos que las fuerzas se nos acaban, días en los que parece que el desanimo nos vence y el pesimismo nos atormenta. Realmente la vida no es fácil, hay un sinnúmero de situaciones que ocurren en el día a día, las cuales parecen agotarnos y absorbernos toda la energía que poseemos.

Hay ocasiones en las que se lucha a todo vapor. Momentos en los que el optimismo y positivismo nos inunda y parece que no hay nada que pueda hacernos perder la fe y esperanza. Días en los que estamos abiertos al dialogo y a escuchar los consejos de los demás. Por el contrario hay días que nos marcan, días en los que solo queremos que una fuerza misteriosa se lleve todos los problemas y sentimos que no tenemos la capacidad de poder continuar. En esos días la cama se vuelve nuestra mejor compañera, incluso el aislarnos de los demás parece una buena alternativa. Los pensamientos nos transportan lejos, pero todos los caminos conducen a la desesperanza y frustración. La tristeza nos invade y no se entiende el por qué de tantos problemas. Se siente una terrible soledad y pesimismo. La realidad es que no hay explicación lógica que nos convenza o explique el porque de todo lo que nos acontece.

La vida tiene sus misterios. Misterios que dependiendo nuestro estado de ánimo, se pueden ver como retos o problemas. Esos misterios son enfermedades, dificultades económicas, familiares, laborales, e incluso con amistades o vecinos. El amor, desamor, pérdidas, cambios, son factores que pueden causar tristeza y que en ocasiones, nos pueden llevar a sentirnos exhaustos y extenuados. Las fuerzas parecen desaparecer porque nos cansamos de luchar, luchar y sentir que vamos a veces en contra de la corriente. En ocasiones todas las energías se concentran en algo y a pesar de poner todo nuestro empeño y fe en eso no vemos ningún cambio positivo que nos favorezca. El paso del tiempo y la continuidad de ciertas situaciones cansan, desaniman, frustran y duelen en lo más profundo de nuestro ser.

Indiscutiblemente tenemos derecho a sentirnos tristes, porque somos seres humanos que sentimos, percibimos, pensamos y actuamos. Sin embargo, lo importante es entender que todo pasa, y ese momento de desanimo pasará. Entendiendo que no se le debe dar demasiado espacio a los pensamientos dañinos, negativos y destructivos. Porque esos pensamientos nos nublan la capacidad de superar las situaciones y los momentos de crisis. Todo pasa. Hay que sustituir los pensamientos negativos por nuevos y refrescantes pensamientos. Hay cambios que son necesarios, hay decisiones que se deben tomar, hay metas que alcanzar, y lo mejor es que estamos vivos para poder lograr superar esos momentos difíciles. Debemos entender y reconocer que las cosas no siempre ocurren en nuestro tiempo, ya que hay un tiempo justo para todo. Las cosas pueden mejorar cuando mantenemos una actitud positiva y cuando nos concentramos en tomar acción en aquellas cosas que podemos hacerlo. Calma que “no es vencido sino el que cree serlo”.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Ojala el entendiera...


Esta es la historia de dos personas que se aman intensamente. Ella lo ama a él y quisiera ser entendida, pero por alguna extraña razón, hay varias cosas que él no comprende. Quizás sus neuronas masculinas son las culpables de que no vea los puntos de ella, las cosas que le gustan y aquellas que son verdaderamente importantes. Aquellas cosas que la hacen feliz, aunque a simple vista parezcan insignificantes. Esas cosas pueden ser las mismas que muchos hombres en la faz de la tierra no logran entender.


Ojala él entendiera que…



  • Ella es una mujer valiosa, que tiene mucho que ofrecerle a él y al mundo. Una mujer perseverante, luchadora y que no permite que las barreras le impidan alcanzar sus metas. Una mujer que lo ama con todo su corazón.

  • Ella valora la honestidad y la confianza. Ella siente que hay muchas preguntas e incertidumbres a las cuales él no le ha dado respuesta.

  • Ella no quiere ni desea pelear, solo desea exponerle sus puntos de vista, desea ser escuchada, comprendida y que se le brinde seguridad. Solo quiere conversar y que juntos puedan hallar una solución. Comunicarse es lo más importante en la pareja, si eso se pierde, lo demás se acaba. Hay que encontrarle solución a las cosas.

  • Ella extraña los detalles, y el sentirse sorprendida por esas pequeñas cosas que el hacía antes. Hay fechas importantes que no se deben olvidar. También ella extraña escuchar palabras que cultiven ese amor.

  • Ella le gusta sentirse importante. No una importancia egoísta, sino una importancia que solo brinda el sentirse valorada y una prioridad en su vida. Esa importancia que se le da a quien uno ama. Esa importancia que hacía sentir que todo lo demás pasaba a segundo plano.

  • Ella no entiende, no le gusta, le lastima ver como se le esconde como si fuera un gran secreto, o la peor de las mujeres. Las llamadas, su nombre, sus regalos, parecen ser algo misterioso que hay que ocultar.

  • Ella se siente sola. Sola porque ha perdido a su mejor amigo, a su confidente, a la persona que sentía podía contarle todo. Ella tiene deseos de hablar hasta el cansancio, poder decirle las cosas cuando pasan, de sentir sus besos, de salir, de compartir con él, de estar entre sus brazos.

  • Ella le agradece el tiempo que le da. Pero siente que no es suficiente, la prisa y el apuro, se han convertido en la cotidianidad de sus conversaciones.

  • Ella intenta entender, como se ha postergado por tantos años algo que ya ha de estar resuelto. Ella ha puesto su mayor esfuerzo en lograr resolver eso. Sin embargo, él ha puesto excusas que cada día los tiene más lejos.

  • La rutina no es buena, porque daña lo construido. Hay que dar espacio para compartir en pareja aquellas cosas que ambos disfrutan. Las demás cosas se hacen en su momento. Cada cosa tiene su tiempo. Se puede lograr un balance.

  • Que hay cosas que lastiman a una mujer. La sensibilidad, delicadeza, forma de pensar, a veces influyen en eso. Ella quiere olvidar todo, pero a veces se topa día tras día con la misma realidad.

  • Que el tiempo pasa, la distancia separa. Las decisiones que se postergan demasiado, no se toman.

La realidad es que cuando se encuentra lo más anhelado, hay que aprender a cultivarlo día tras día. El verdadero amor no se encuentra con facilidad, por lo que cuando lo hallamos, hay que abrazarlo con todas nuestras fuerzas y dar lo mejor de sí para que las cosas funcionen. El interés todo lo puede... Como dice un amigo... el que quiere, puede!

lunes, 24 de noviembre de 2008

Silencios



Hay silencios que torturan. Silencios que se vuelven murallas entre las personas. Silencios que parecen amarrar en la incertidumbre y atan obligando a los pensamientos a permanecer distantes de la honestidad.

Silencios que quisiéramos eliminar de nuestra vida. Silencios que no nos gustan, porque no los esperamos. Silencios que duelen porque envuelven desconfianza y se traducen en falta de valentía. Silencios que anhelamos descifrar, entender, decodificar.

Hay silencios necesarios, silencios en los que entendemos todo sin que se nos diga una sola palabra. Pero hay silencios que traspasan el corazón, que por más que se busque no se halla, por más que se trate, no se logran comprender.

Silencios que no se entienden. Silencios que guardan, esconden, ocultan, mienten, manipulan, desesperan y confunden. Silencios que hacen que las noches parezcan interminables y los días sin luz, difusos.

Silencios que no tienen razón de ser. Silencios que se escogen por miedo, cobardía, confusión o mentira. Silencios que hacen daño y que se deben evitar. Silencios que alejan, distancian, separan y desunen lo que una vez fue armonía, comprensión, confianza y unión.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Una anécdota de mi niñez

Hay momentos que pasan en la vida y son tan importantes que no se olvidan. Mi niñez está llena de muchos recuerdos que alegran mi vida. Como toda niña, me encantaba jugar, en especial con mis primos y hermana. Los veranos eran felices para mí, ya que disponía de todo el día para jugar y estar en casa de mis abuelos, donde me cuidaban. Me fascinaba correr bicicleta, inventarme juegos nuevos y ser la protagonista de los mismos.

Hoy estaba recordando una ocasión en particular en donde me preocupaba morir. Más bien, lo que me preocupaba era morir y no ser recordada. Tenía unos ocho o nueve años y creo que me había afectado la idea de que pudieran existir seres extraterrestres. Debido a esto, y con una mezcla de ficción y arqueología, decidí poner varios objetos en una bolsa de plástico. En ese momento pensé que si pasaba algo y todas las personas que conocía desaparecieran, era importante que alguien o esa nueva raza de extraterrestres, pudieran recordar cómo éramos. Me acuerdo que escribí una cartita, aunque por más que trato no me acuerdo con exactitud de los detalles. Se que les escribí sobre las cosas que hacíamos y que éramos “buenos e inteligentes”. Le añadí a la bolsita, centavos y un juguete pequeño que tenía y la cerré bien.

Después de hacer esto, me fui al patio de la casa de mis abuelos y busque un lugar especial, procurando acordarme dónde. Agarre un cuchillo e hice un hoyo en la tierra. No muy profundo, ya que me dio mucho trabajo, pero lo suficiente como para que mi abuelo no pudiera encontrarlo. Allí enterré mi mejor idea para hacerme notar algún día. Allí enterré mi preocupación porque no se olvidaran de mí y algún día poder ser importante, así como los indios, de cual hoy hay tantos hallazgos. Esa era mi idea, así quería que fuese, que cuando alguien hallase lo que enterré se sintiera interesado en conocer más.

En el momento que lo hice fue un juego. Aunque quizás algún día, alguien encuentre la bolsita en la tierra y le de curiosidad. Pensando en eso, ojala todos mantuviéramos a través de nuestra vida ese deseo por ser recodados por futuras generaciones. Recordados por todo lo que fuimos capaces de hacer, por lo que ayudamos a los demás, por seguir nuestros sueños, por alcanzar nuestras metas, por las cosas maravillosas que nos distinguen. Por hacer la diferencia, a pesar de que sea difícil y cueste trabajo hasta el punto de ir contra la corriente. Realmente valdría la pena pensar de vez en cuando ¿cómo voy a ser recordada/o?, y también analizar si hemos hecho todo lo que está en nuestras manos porque nos guste ese recuerdo.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Decídete, este es el momento


Me dirijo a ti. A ti que lees esto y escondes dentro de tus pensamientos tantas cosas. Guardas para ti, muy celosamente muchos detalles que no quieres compartir. Me dirijo a ti, en este momento que la duda te atormenta. Que sientes que no serás capaz de hacer eso que anhelas por miedo, inseguridad, desconfianza.

La vida a veces te sorprende trayendo día tras día problemas que parecen hundirte más en la confusión. Se hace difícil poder tomar decisiones sabias. Son muchas las opiniones y muchas las ideas que cruzan tus pensamientos y parecen atormentarte con la pregunta que circula ¿Qué hago?

No hay soluciones fáciles, ni mucho menos decisiones que no tengan consecuencias. No hay seguridad en nada. Pero mayor inseguridad causa el mantenerte atado a la indecisión. Recuerda que el faro de tu vida debe alumbrar paz, tranquilidad y amor. Recuerda que la estabilidad es necesaria para mantenerse a flote en este mundo. Recuerda que los temores atan de tal manera que te nublan la posibilidad de volar, de ser libre, de comenzar un nuevo día con la certeza de ser tú y solo tú el dueño de tu vida.

El tiempo pasa y el momento es ahora. Tienes la capacidad, la madurez, la inteligencia para tomar decisiones acertadas. No le temas a tus decisiones. No huyas desesperadamente del tiempo en que te toca decidir. No evadas más la realidad, tu realidad. Recuerda que tienes ese poder interno que te hace evaluar de manera acertada las cosas. No olvides que Dios guía cada uno de tus pasos y si confías en El, El te dirigirá y protegerá. Puedes hacerlo, confía, no le des más espacio a las dudas y temores. Repítelo: "Puedo hacerlo".

Decisiones que se deben tomar. Decisiones que son necesarias para crecer como personas, para lograr la felicidad, la seguridad, el amor, la estabilidad. Decisiones que marcaran un rumbo distinto a nuestra vida. Pero ese camino puede estar lleno de una vida mejor. De eso se trata la vida. De escoger, de saber elegir, de pensar y evaluar lo que mejor nos conviene y de poner en acción lo decidido. La vida pasa, no espera, y las decisiones que se postergan, terminan confundiéndonos o dañándonos más. Decídete porque cuando mires atrás serás el responsable de lo que digas “desearía haber hecho o estoy feliz de haberlo hecho”. Decídete, este es el momento.

domingo, 26 de octubre de 2008

Por ti seria capaz de…

Hoy estuve viendo la película Lifebreath. Dicha película trata acerca de un hombre cuya esposa tiene los meses de vida contados, debido a una enfermedad pulmonar terminal. En la película, este hombre es capaz de matar a otra mujer con tal de poder obtener un trasplante de pulmón para su esposa.

Esto me hizo pensar sobre hasta dónde puede ser capaz de llegar una persona por amor. La realidad es que he escuchado esto a menudo. Gente que expresa… por ti seria capaz de tal o cual cosa. Las promesas son muchas, y la gente que se las cree más. Muchas de estas promesas pueden ser ciertas, pero hay muchas más que se quedan en el vacío. En ocasiones me atemoriza ver que en este mundo para muchos las palabras son sólo recursos para poder obtener algo y quedan dichas sin tener sentido, ni ser reflejo de la honestidad de esa persona, ya que al pasar del tiempo no tienen significado.

Indiscutiblemente el amor por una persona es algo que trasciende muchas cosas. Es más, no se sabe cuán capaces somos de algo hasta que se ama. El amor incondicional rompe barreras, adorna nuestro alrededor, no busca imperfecciones, pasa por alto muchas cosas, y sin duda alguna, quizás hay gente que estaría dispuesta a hacer lo que hizo el protagonista de la película, con tal de prolongarle su vida a la persona amada. Aunque no se debe pasar por alto, todas aquellas personas que cuando más se le necesita, por alguna extraña razón se alejan y se olvidan de ese amor que alguna vez los unió.

Ahora bien, me parece que más allá de un acto heroico, exagerado o poco común. El amor se demuestra con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Si yo estuviera al borde de la muerte, lo que esperaría de mi pareja sería que me envolviera en sus abrazos, caricias, detalles, palabras que me hagan sentir amada. Que decorara mis días con la armonía de su compañía. Que sus besos me hicieran sentir que lo vivido valió la pena. Su calor y compañía vistieran mis miedos con un abrigo de seguridad incomparable. Esa seguridad que solo brinda el sentir que se está con la persona correcta.

A veces, las personas pierden de perspectiva lo verdaderamente importante. En una relación de pareja el compromiso, la solidaridad, la confianza, el apoyo, las palabras, el escuchar y hasta la amistad son esenciales y no deben pasar a la lista de lo pasado. En lo ajetreado de nuestro diario vivir, en ocasiones se le da importancia a las cosas que no la tienen. Se pierde la magia, esa pasión, esa dulce sensación que brinda compartir con la persona amada. No hay nada que se compare con uno sentirse importante para esa otra persona. El uno sentir que se le brinda tiempo, sin pedirlo. Más aún que esa otra persona disfruta y busca el compartir con uno. Que no se ponen excusas, porque esas son las que alejan cada vez más. Saber que se forma parte de las prioridades de esa persona. Esas cosas no tienen comparación… y sin eso, lo demás pierde sentido, así me ofrecieran ser capaz tirarse en paracaidas por mi.

jueves, 23 de octubre de 2008

En un mundo donde hay espacio para la segregación racial…

Hoy estaba pensando sobre esas cosas que pasan en la historia, las cuales no debemos olvidar jamás y a base de lo sucedido, poner en práctica todo un esfuerzo colectivo para no repetir eso bajo ninguna circunstancia. Me parece que a través de la historia se han suscitado unos hechos, que son la vergüenza de nuestra racionalidad humana. Segregar, separar, apartar y hasta rechazar… sinónimos de una misma irracionalidad, que implica profundos y complejos asuntos sociales, de los cuales no estamos excluidos. Detrás de todo esto, está ese afán por dividir a los seres humanos por características biológicas y/o culturales. Proceso que trae consecuencias injustas para unos grupos raciales.

Me parece desconcertante la manera en que se trata de otorgarle poder a una raza sobre otra y formar jerarquías que buscan colocar a algunas razas en posiciones de desventaja e inferioridad. Más sorprendente aún, la forma tan simple en la que se trata de invisibilizar la diversidad y la existencia de diferentes grupos raciales y sociales en una cultura, sociedad y estado. El repertorio de colores es amplio, así como las cosas que nos distinguen como seres humanos únicos e irrepetibles. La diversidad de personas que coinciden e inciden en un mismo país es igual de amplia. Raza, cultura, género, creencias, nos debe hacer entender que el etnocentrismo y supremacía forman parte de una estrechez de pensamientos y tolerancia.

Empezando por definir el concepto, la segregación racial consiste en la separación de grupos de población considerados "racialmente diferentes", lo que implica una presunción de inferioridad biológica o cultural, de forma institucionalizada. Conlleva al aislamiento, segregación, marginación, discrimen en diferentes ámbitos. También implica una exclusión de los asuntos sociales, políticos, económicos y laborales.

Para hablar de segregación racial, hay que mencionar y traer a colación al racismo. Esa doctrina en la que se tiene la percepción y convencimiento de que se poseen unas características biológicas específicas, las cuales otorgan superioridad, y quien sea diferente o no este acorde con eso es victima de la inferioridad. El racismo abarca las ideologías (toda esa serie de creencias), y las prácticas sociales (donde entra la segregación, políticas discriminatorias y conductas). Bajo esta creencia, “la raza determina la inteligencia, las características culturales y los atributos morales de las personas”. El racismo provoca que las personas desarrollen “mecanismos psicológicos (miedo al extraño, formación de prejuicios y estereotipos) y culturales (etnocentrismo, crisis de identidad)", entre otros.

Retomando la segregación racial, cabe señalar que está es una “manifestación concreta del racismo". La segregación mantiene al grupo racializado a distancia y le reserva espacios propios, que únicamente pueden abandonar e determinadas condiciones, más o menos restrictivas” y ser sometidos a condiciones económicas inferiores y explotadoras. Existen muchos ejemplos de esto a lo largo de la historia. Algunos ejemplos de lo son los guetos y campos de concentración para los judíos en Polonia, el Apartheid en Sudáfrica, los palestinos en campos de refugiados en Israel, los indígenas en los países latinoamericanos, y los negros en Estados Unidos.

Para concluir, creo que hay que tener presente que la integridad y el valor de las personas no deben estar bajo ningún contexto subscrito a expensas de lo que alguien pueda determinar según su perspectiva, ideas o creencias. Hay que despertar, de ese mundo de tinieblas del que somos parte. Hay que entender que no hay supremacía, ni inferioridad. Debe pernear y coexistir en un ambiente en donde la equidad forme parte de nuestras interacciones humanas. Donde los derechos sean acordes a la dignidad humana. Hay que dejar atrás ese racismo, el cual se sigue repitiendo de una manera u otra, y forma parte de nuestro día a día. El conocimiento es poder. Conocer no nos exime de caer en prejuicios, pero puede sensibilizarnos más ante las formas actuales de discrimen y segregación. Como es el caso de los inmigrantes, tema que ampliare otro día. En fin, quizás estoy soñando con que las cosas puedan mejorar… pero todo sueño acompañado de acción, puede provocar hechos. Esos hechos, pueden impactar directamente a la gente que más lo necesita.

A continuación presento algunas imágenes que muestran la segregación racial en los Estados Unidos. (Estas imágenes fueron tomadas de distintas páginas en la red.)


Imagen tomada por Elliott Erwitt en Carolina del Norte, 1950.
A la izquierda vemos un surtidor de agua para uso de los blancos (White) y a la derecha uno para uso de los negros (Colored).

Fuente de agua solo para negros (Colored) situada en el
tribunal del condado de Halifax, Carolina del Norte.
Imagen tomada por John Vachon en 1938.

Maquina expendedora de Coca-Cola solo para clientes blancos (White Customers Only). Imagen tomada entre 1943 y 1960 en E.U.

Anden de espera solo para negros (Colored Waiting Room) situado en la estación de autobuses en Carolina del Norte. Imagen tomada por Jack Delano en mayo de 1940.

Para más información visita:

http://www.enredate.org/enredate/actualidad/historico/rosa_parks_discriminacion_racial/

http://www.portalplanetasedna.com.ar/racismo.htm

miércoles, 15 de octubre de 2008

Todo pasa por una razón... el detalle es que lo notes


Como bien dice ese dicho de que de todo se aprende, la siguiente historia demuestra firmemente que la vida es una maravillosa oportunidad de recibir lecciones, hasta de las cosas más pequeñas. Todo tiene un propósito, un motivo de existencia, la diferencia de lograr comprender esto, llevando a cabo una reflexión interna y de no dejar que pasen inadvertidos ciertos detalles. Se trata de comprender que la vida es una amplia vía, que te lleva a descubrir cosas nuevas, después que se tenga como principal herramienta, el poner atención.

Todo comenzó con una galleta, ya que me disponía a sacar una de un paquete. Todas eran iguales, la misma forma, tamaño y color. Me dispuse a agarrar la primera, sin embargo cuando iba para la segunda, me di cuenta que esta se desmoronó en mis manos. A diferencia de la primera, que estaba en su forma original, la segunda se partió y debilitó.

Llevando esto a nuestra realidad me puse a analizar, que los seres humanos, a pesar de vivir en un mismo sitio y pasar por circunstancias parecidas o en ocasiones iguales, cada uno responde de manera diferente a los golpes que da la vida. Al igual que el paquete de galletas, en donde un grupo compartía similitudes, una de estas no aguantó la presión y se partió. De igual manera las personas no reaccionamos igual ante una misma situación. Hay quienes son fuertes de carácter, espíritu y poseen esas habilidades necesarias para sobrellevar esos golpes o problemas que le dejan el diario vivir. Contrario a esto, hay personas que los golpes los derrumban, les hacen heridas que fracturan su fuerza, sus capacidades y limitan su funcionamiento dentro de un grupo social.

Es curioso como a veces se nos hace difícil entender el porque algunas personas reaccionan de forma destructiva ante una situación, ya que si hemos pasado por lo mismo y hemos logrado superarlo, sentimos que todos pueden. Pero gran error, ya que cada individuo trae consigo un equipaje interior, que esta complementado por valores, experiencias, destrezas aprendidas y el grado de espiritualidad que posean. A pesar de que todos somos seres pensantes y capaces, hay veces que debido a la circunstancia o a la determinada etapa de vida por la que se esta atravesando, se ven limitadas las fortalezas que se poseen. Lo que es un problema pequeño y fácil de resolver para mí, para otra persona se puede convertir en la gota que desborda el vaso, logrando así que esa persona sienta que no puede más.

Debido a esto, considero que lo importante en esta vida es comprender, que todo pasa, que por más golpes que recibamos en el trayecto de nuestra vida, más allá de eso, nos espera algo maravilloso: el seguir viviendo con el recuerdo de que en un momento dado, necesitamos de vendas y en ocasiones un yeso, que ayudará a reparar aquellas áreas que fueron lastimadas o fracturadas dentro de nuestro ser. Los mismos son sumamente indispensables en nuestra vida y se transcriben a nuestra realidad, cuando recurrimos a Dios, familiares, amigos, profesionales, o todas aquellas capacidades o destrezas que desarrollemos en el trascurso de las pruebas que atravesemos.

Reflexiona sobre todas esas cosas que has logrado sobrepasar y analiza la manera en que hoy en día las recuerdas. Tú y solo tú tienes la prerrogativa de sentir que fueron necesarias para moldear de una u otra forma tu existencia, o tomarlas como detalles sin sentido, equivalentes a que llevas aún el dolor de algo que pudo ser sanado con el paso del tiempo.

jueves, 9 de octubre de 2008

Todo fue un sueño


Soñé que encontré lo que buscaba.
Que después de una larga espera la vida me recompensaba.
Que mis noches de soledad habían terminado.
Que tu forma de ser bastaba.

Soñé que me amabas como te amaba.
Que tu voz era suficiente para calmar mis preocupaciones.
Que tus besos eran como manantial que me saciaba.
Que tus abrazos eran como un refugio que me enamoraba.

Soñé que tu compañía me llenaba.
Que aferrarse a ti era lo que importaba.
Que mis deseos iban a ser comprendidos.
Que sería tu prioridad porque era lo que anhelaba.

Soñé que nuestras almas estaban unidas.
Que manteníamos una conexión especial.
Que no había distancia que nos derrumbara.
Que el amor todo lo podría.

Soñé que nuestro camino era el mismo.
Que la vida tenía mejor sabor contigo.
Que las ilusiones eran el motor y el motivo.
Que tus palabras eran néctar que me alimentaban.

Soñé y logre imaginarme hasta el color de nuestros sueños.
Que todo lo lograríamos porque éramos un equipo.
Que eras parte de mí vida y ahí te quería por siempre.
Que era tan intenso el sueño que no deseaba despertar.

Soñé y esos sueños me transportaron.
Soñé e imagine nuestras manos unidas por siempre.
Soñé y el amor no se escapaba.

Soñé y sentí que vivía sólo en un sueño.
Soñé y no me di cuenta que ya no estabas.
Soñé y descubrí que despertar duele.

Tú a tu manera continúas en ese sueño.
Ojala que la realidad no te golpee y atormente.
Que despiertes y te des cuenta que no hay vuelta atrás.
Que seas capaz de ir tras nuevos sueños sin ese miedo latente.

martes, 7 de octubre de 2008

Un video de afirmación positiva

A continuación les presento un video que encontré sobre automotivación. Su autor, Rudy Spillman ha desarrollado un método llamado Corrector Anímico por Auto Mensaje (CAPA), el cual tiene como propósito causar la autosugestión a través del poder de las palabras.

Está destinado a producir el bienestar general de la persona, estimulando sus energías positivas y condicionándolo a obtener los logros deseados. Buscando dejar atrás los sentimientos negativos, tales como la angustia, depresión, temor, odio, tensión, nerviosismo, entre otros.

Me parece interesante porque creo que es indispensable recargar nuestra mente con mensajes optimistas y positivos. El poder de las palabras es grande.


miércoles, 1 de octubre de 2008

El Karma


El karma es una ley que busca el equilibrio o balance de las cosas. Se trata más bien de compensación, recompensa o curación para el alma, no una venganza o castigo. Es cosechar o recoger los frutos de lo que se ha sembrado. Según definiciones que encontré, la Ley del karma es aquella ley que ajusta sabia e inteligentemente el efecto a su causa. Es decir, todo lo bueno o malo que hemos hecho durante la vida, nos traerá como resultado consecuencias buenas o malas. Para entender mejor este complejo concepto, vale la pena remontarse a los países de Oriente, donde cobra un mayor significado. Según los hindúes, el karma es una ley de acción y reacción: a cada acción cometida le corresponde una reacción igual. Tanto para el hinduismo como para el budismo, el karma implica las acciones físicas que llevamos a cabo y estos tres factores que generan reacciones: los actos, las palabras y los pensamientos.

El karma explica la existencia del destino, desde otro punto de vista. En nuestra sociedad, algunas personas piensan que las cosas que ocurren en la vida son inevitables, ya que todo está predeterminado. La realidad es que muchas personas, tratando de buscarle explicación a sus problemas y situaciones de vida, han comparado el destino con una condena, e incluso, la voluntad de Dios, lo que genera frustración e impotencia. Obteniendo como resultado que se resignen a eso que perciben, pensando que “no se tiene control”. A través del karma, la causa de los sufrimientos y penas se encuentra en nosotros mismos, no en una fuerza externa. Tanto la causa, como la solución están en la persona que sufre, ya que somos los responsables de las cosas que nos suceden y somos el resultado directo de lo que nos hemos encargado de buscar para nuestra vida. A través de nuestras acciones, constantemente nos mantenemos sembrando lo que obtendremos en el futuro. Debido a esto, “el buen karma no consiste en no tener dificultades sino en tener la actitud mental, espiritual y personal adecuada para entender lo que está ocurriendo y sacar el mejor partido de esa situación”.

Con relación a esto, de acuerdo con el buda Shakyamuni, “Si una persona comete un acto de bien o de mal, ella misma se convierte en heredera de dicha acción”, ya que esa acción nunca desaparece. Es decir, “cada acto permanece en la vida en el presente como una fuerza o energía potencial, influenciando el curso de la existencia desde el momento de esa acción en adelante. Por lo que el karma puede ser visto como los hábitos, inclinaciones o tendencias que tienden a repetirse, o que tendemos a repetir”.

Como dije, es un tema complejo y sumamente interesante, que está ligado a religiones que creen en la reencarnación. Sin embargo, me parece más interesante aún que también desde una perspectiva cristiana, se puede entender que de distintas formas, las cosas que hacemos sean buenas o malas, se devolverán de una manera u otra. Teniendo esto como resultado, que nuestra vida sea en mayor o menor medida feliz. Desde una visión cristiana, la Ley del Karma es la Ley de la Justicia Divina, la que brinda las oportunidades. Es decir, cuando hacemos algo que está considerado como positivo, bueno, productivo o provechoso para los demás, tomando en cuenta los valores cristianos, entonces estamos generando un buen Karma. Por el contrario, si nos dedicamos a hacer cosas negativas, actos injustos, ofendemos, humillamos o actuamos con maldad, atraemos el mal Karma. Un ejemplo de esto, lo son los siguientes proverbios cristianos: "el que siembra rayos, cosecha tempestades", "con la vara que mides serás medido y con ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a hierro mata a hierro muere". Por lo que pienso, que la realidad es que Dios nos dio libre albedrío para actuar, por lo que en nuestro paso por la vida, podemos elegir la manera en que vamos a hacerlo (buena o mala), siendo nosotros mismos los que decidimos.

Me parece que este tema nos brinda un espacio para reflexionar, ya que independientemente de la religión que profesemos, entiendo que esta vida es una oportunidad única de entender que aquellos actos que cometemos son un reflejo de lo que hay en nuestra alma. Buenos o malos, se nos devolverán, ya que la manera en que actuamos es una especie de boomerang, el cual nos regresa. Además, es imposible ir por la vida haciendo daño o bien y que las cosas se queden ahí. Como tal, cada experiencia nos debería servir para dar lo mejor de sí y aprender de aquellas ocasiones en que no lo logramos. Creo que de eso se trata la vida, de aprender e ir modificando, mejorando e innovando.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Las Páginas de Nuestra Vida

Siempre he comparado la vida con un libro en blanco en el cual somos los autores de nuestra propia historia. Somos capaces de escribir dejándonos llevar por nuestra imaginación, por las metas, por nuestras experiencias de vida, por los deseos, los gustos, los valores, y por nuestra perseverancia y motivación. Pero lo más importante es que podemos escribir la más magnífica historia, porque vamos a ser los protagonistas de la misma.

En el libro de mi vida ya he escrito muchas cosas y me faltan muchas más por escribir. Hasta ahora, hay páginas llenas de alegrías, momentos inigualables, muchas historias para contar. Momentos que de solo recordarlos me provocan sonrisas y emoción. También están escritos los nombres de muchas personas que me han impactado de una manera u otra. Personas que me han ayudado a crecer, personas que me han acompañado en situaciones buenas y no tan buenas. Familiares, amigos, el amor. Hay páginas llenas de ternura, solidaridad, respeto, amor, y muchos más sentimientos y valores, los cuales me han ayudado a ser lo que hoy en día soy.

Podemos escribir muchas cosas en las páginas de ese libro. Sin embargo, también hay páginas que han sido tratadas de romper. Unas las hemos roto deliberadamente y otras por cosas de la vida. Hay momentos que se quieren olvidar, etapas que hicieron sufrir, momentos que dolieron, decepciones, tristezas profundas, y personas que se hubiera deseado no conocer. Hay páginas que nos recuerdan la maldad, la amargura, el egoísmo y la envidia. Sin embargo, a pesar de ese empeño desmedido por hacerlas desaparecer, hacen tanta falta como los buenos momentos.

Somos un compendio, lleno de buenos y no tan buenos momentos. Aunque pareciera perfecto que la felicidad nos acompañara por siempre, la realidad es que los malos momentos también nos transforman y permiten madurar. Son indispensables para crecer y para aprender a valorar aquello que verdaderamente vale la pena. ¿Cuántas páginas llenas de grandes cosas hemos roto o descartado sin pensar en esto?

viernes, 26 de septiembre de 2008

Tiempo...


Tiempo pasas de manera increíble.
Te llevas tantos momentos atrás.
Renuevas y restauras tantas cosas.
Provocas una sensación de inestabilidad.

Tiempo no hay forma de evitarte.
Corres y vas de prisa sin parar.
Haciendo que entienda que cada momento
es una oportunidad para aprovechar.

Tiempo que es tan útil
para poder delinear
el curso que ha de tomar
nuestra vida en este caminar.

Tiempo que sirve para madurar
para vivir, investigar, aprender
para, analizar, llorar, reír y crecer.
Tiempo que no hemos de recuperar.

Tiempo te llevas frustraciones y desilusiones.
Sembrando nuevas oportunidades.
Cosechamos nuevos sinsabores.
Sembramos nuevas ilusiones.

Tiempo que en ocasiones
trae melancolía y preocupaciones.
Pero también buenos momentos
que se guardaran intactos en nuestros corazones.

Tiempo bendito tiempo
que permites que se sanen heridas
y se llenen nuestros corazones
de brisas renovadoras y nuevas alegrías.

Tiempo te agradezco el tiempo
que me permites reflexionar
y ver mi vida como un libro
en el cual poder actuar.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Defender lo Indifendible... Justificar lo Injustificable




Me parece curiosa la manera en que la gente asume posturas y se aferran y se mantienen con esas ideas, aunque las mismas sean irracionales, irreales, ilógicas o erróneas. La gente, por una extraña razón, en la cual influyen creencias, cultura, perspectiva, y hasta falta de conocimiento, pierde de perspectiva que hay cosas que por ninguna razón deben justificarse o defenderse. Ante este hecho de defender las cosas sin sentarse a analizar, evaluar y meditar, respecto a lo que es correcto y lo que no lo es, se ve en cada faceta de la vida. Aunque hay algunos momentos que impresiona, afecta y molesta más.

Se olvidan las cosas importantes, las cosas que nos identifican como seres humanos pensantes, con una buena salud emocional, y con capacidad de tomar decisiones que impliquen una convivencia más positiva y que se acerque un poco más a la felicidad y respeto. Lo siguientes son sólo ejemplos de eso:




  1. Prejuicios- ese proceso de hacer juicios a priori son darse la oportunidad de conocer verdaderamente a la gente, su versión y sus circunstancias. Es el hecho de convertirnos en jueces de los estilos de vida, preferencias, gustos y hasta características biológicas de otra persona. Se trata de ponerlo sello a las cosas como buenas o malas, sólo por nuestra evaluación y percepción de algo. Por más irracionales que sean la gente entiende y se comporta de acuerdo a los prejuicios que tienen, llegando a discriminar. A pesar de que no hayan elementos que lo comprueben, bases sólidas, racionalidad alguna, ni solidaridad humana, se insiste y persiste en defender sus puntos de vista. No importa si estos son injustos, absurdos, equivocados y más bien ridículos.

  2. Fanatismo político- creencia irracional de un grupo de personas de que todos los políticos que son miembros de un partido, tienen la facultad y derecho de ganar las elecciones, sin importar la capacidad y conocimientos que tenga. De esto puedo escribir todo un libro, ya que en Puerto Rico, luchas personas, sólo ven por el color que representa el político y no lo que tiene para ofrecer. Un ejemplo real de esto, es que uno oye constantemente a personas defender lo indefendible. Se defiende la corrupción, la falta de destrezas, las deficiencias, la ineptitud, el egoísmo, la irracionalidad, la falta de principios éticos y la falta de compromiso. A tal punto, que no importa si se es o no culpable, tanto en el ámbito judicial, como en el moral, de todas formas se aclama y se le da el voto de confianza.

  3. Fanatismo religioso- no tiene que ver con la espiritualidad, la fe, la esperanza, ni la creencia particular en alguna religión que tenga un ser humano, ya que está es esencial para ser personas más completas. Implica ese proceso de pensar que se tiene la verdad absoluta, lo que lleva a juzgar, criticar, imponer, etiquetar, ofender, justificar los abusos, e insinuar que una persona que no es creyente de la misma religión, está mal, desviada o en pecado. Esto implica prejuicios, falta de consideración por el otro ser humano y provoca conflictos con las demás personas, olvidándose de que ese Dios en el que se cree, es uno de amor y acciones que se demuestran a través del diario vivir. Además, la gente saca de proporción y de perspectiva las cosas, llegando en ocasiones a repetir y promulgar, falsas interpretaciones, ideas irracionales o desviadas del verdadero mensaje de la palabra de Dios.

  4. Falta de valores- Vivimos en un mundo trascendente, cambiante y es parte de esos cambios entender que las cosas que para una generación fueron vitales, pueden verse desde otra perspectiva en generaciones siguientes. Sin embargo, hay cosas que por más que pasen los años, no deberían perderse de perspectiva. Me pregunto, qué justifica el uno vivir una vida en la cual no hay valores. Me gustaría entender la razón, por la cual la gente defiende tanto el hecho de que ya no haya respeto, compromiso, solidaridad, honestidad, y un sin número de cosas más que si se pierden, ¿con qué nos quedamos? Por eso es que hay tanta gente que se siente vacía, mas allá, por eso hay tantos problemas sociales, porque nos aferramos a que el modo de vivir ahora es el mejor, ya que se piense más en uno que en los demás. Grave error.

  5. Relaciones conflictivas- las personas se aferran a otras a pesar de que esa relación este basada en desconfianza, falta de respeto, mentiras, engaños, y falta de consideración, entre otros. La realidad es que en ocasiones se mantienen relaciones dañinas con la esperanza irracional de que la otra persona cambie o modifique su conducta. A pesar de no ser feliz, y de haber buscado alternativas para mejorar eso, no se logra el cambio necesario, pero se sigue en la relación sin analizar el impacto o daño emocional que eso tiene. Se entra en una dinámica que está basada en los postulados del chantaje emocional, la manipulación, el juego de poder, el egoísmo, los intereses propios. Además, en ese tipo de relaciones, la frustración, impotencia, desconfianza, inseguridad, las dudas, y la falta de felicidad es constante. Se justifican irracionalmente las malas actitudes, las mentiras, las peleas, la falta de tiempo, las humillaciones, las malas decisiones, las prioridades de esa otra persona, dejándose a sí mismo relegado y con una enorme caja de insatisfacciones. Sin embargo, por alguna misteriosa razón (en la cual está implicada la autoestima, seguridad, y otros asuntos psico-emocionales), las personas se mantienen aferradas a dicha relación, a pesar de ser una dañina y poco saludable, ya que se tiende a pensar que el bienestar depende de esa otra persona.

Muchas veces se nos pasa el tiempo tan preciado de nuestra vida justificando lo injustificable, tolerando lo intolerable, juzgando, crititicando, haciendo daño a otros y conformándonos con poco. ¿Vale la pena?

martes, 16 de septiembre de 2008

Metamorfosis Social


Haciendo una importante reflexión en medio de la vida tan agitada que llevamos, me he percatado que además de que en la actualidad dejamos pasar por alto los detalles más importantes de la vida, en general, también nos hemos alimentado hasta más no poder de eso llamado insensibilidad. Cada día nos sumergimos más en toda una serie de problemas, los cuales afectan todas las esferas de nuestra vida: lo mental, social, económico, familiar, y hasta espiritual.

Realmente al ver o leer noticias, al hablar con las personas, al detenerme a observar, me percato que nuestra sociedad va en camino acelerado que conduce a más y más problemas. En ocasiones me desespero al ver tanta injusticia, tanta crueldad, tanta indiferencia que arriba desde donde no debería: la humanidad. Vivimos en una constante contraposición, entre lo que decimos y lo que hacemos, entre lo que sentimos y lo que procuramos vivir.

Me maravillo con la facilidad tan natural con la que nos acostumbramos a vivir en un momento histórico donde predominan los abusos, las matanzas, el egoísmo, las adicciones, la falta de tolerancia y solidaridad, en fin un lugar donde abundan los problemas sociales y emocionales. Pero el caso empeora con el hecho de que en vez de poner nuestras mentes en un análisis exhaustivo, y poder ser parte de la solución, le compramos el cuento a la impotencia, a la apatía, a la mejor opción aparente, esa que utilizan los inadvertidos: el quedarnos sentados criticando y juzgando, sin siquiera aportar un poco de ese coeficiente intelectual que se tiene.

Me sorpredo del poder que se tiene para sentirse orgulloso de los títulos que se poseen, pero a la hora de la verdad todo se queda unido a un clavo, pegado a una pared, que no compone mas que un trofeo imaginario en el mundo de los que aluden grandeza, sin darse cuenta que la grandeza esta en los actos, en las acciones que en conjunto provocan una realidad distinta, no importa en que grado, sino que se comience por alguna parte, para lograr modificar en alguna medida la trifulca constante en la que vivimos. Ante esto, me parece que una pregunta que verdaderamente cobra sentido es: ¿Estamos razonando sobre nuestra vida, la manera en que actuamos, y la importancia de las acciones o inacciones que decidamos elegir?

Cada cual resuelve sus necesidades como mejor cree y más que nada, como mejor las circunstancias lo dejan desarrollarse, pero considero que se ha perdido lo principal del ser humano, su esencia, ese propósito que hace que su vida cobre sentido, que marche con un fin, porque estamos convirtiéndonos en seres adaptados, sí, adaptados a vivir en un mundo donde se determina de antemano quien sobrevive, quien tiene derechos sobre quien, cómo se moldean los recursos a cuesta de mucha gente.

Considero que mientras nos detenemos a juzgar a algunos, pasan desapercibidos muchos otros que tienen en sus manos el destino de toda una sociedad, pero es así por ese desinterés que predomina, por ese desgano que interrumpe nuestras vidas en cada momento. Solemos pensar que no tenemos la capacidad, fuerza, valentía, para lograr realizar cambios, pero me pregunto yo, ¿quien nos ha hecho creer eso? Cómo nos hemos dejado convencer y permitimos que nos digan de lo que somos capaces, cuando nuestras capacidades son ilimitadas, cuando verdaderamente se tiene el empeño y una meta fija.

Además, también me cuestiono el hecho de que somos capaces de ver a los demás por encima del hombro, cuando se ven diferentes a nosotros, como si nuestros propios prejuicios son los determinantes de la percepción errónea y a veces muy alejada, del verdadero matiz del interior de los demás. Pero que equivocados estamos al no darnos cuenta que lo que vemos en la calle, esos problemas sociales que nos destruyen cada día, no son más que el reflejo intacto de lo que llamamos sociedad. Somos un colectivo, y en vez de buscar individualidad a una problemática que de individual no tiene más que la responsabilidad que decida asumir cada cual, deberíamos analizar y explorar que se esta haciendo por alcanzar ese tan anhelado bien común.

Quizás en la búsqueda de esto, se fracase en algunas decisiones, pero tengo la seguridad de que el resultado final, provocará bienestar en un mundo cada vez más necesitado de espíritu de lucha, exento del conformismo, apatía y desinterés que nos caracteriza cada vez más.
Nada más hay que observar y dejarse motivar por la gente que ya esta colaborando con el cambio. ¡Manos a la obra!

viernes, 12 de septiembre de 2008

Hay veces...


Hay veces que la nostalgia nos agobia, sentimos una tristeza enorme que no parece quitarse con nada. Buscamos dentro de nosotros mismos, encontramos esa fuerza que nos hace tomar las riendas de muestra vida nuevamente. Pero que difícil es traspasar ese muro de ansiedades, dudas, miedo y sobre todo temores que se empeñan en quitarte una de las cosas más preciadas que se tienen, la tranquilidad.

Pienso en lo fácil que es perder la seguridad puesta en las cosas que se tienen y lo difícil que es plantar esa armonía que libera tus pesares. La vida es un maravilloso compendio que sumerge nuestra vida en mares de felicidad combinados con tristezas. A veces nos cuesta entender el porque de los problemas, la razón que justifique todos nuestros pesares. Sin embargo, mas allá de tener la certeza de que son pruebas donde se pretende corroborar nuestra FE, no encontramos otra explicación que nos convenza.

Cada día trae consigo una nueva aventura para arriesgarse, y el potencial que tenemos para abordar las situaciones con valentía, es ilimitado, pero a la vez desconocido. Si no pasamos por las situaciones no podemos saber cuan capaz somos, cuan preparados estamos y más aún, al enfrentarnos a esas cosas, podemos conocernos mejor a nosotros mismos. Porque los momentos de tristeza nos brindan ese tiempo único de hablar con nuestro interior, de buscar dentro de nosotros respuestas a tantas interrogantes, en esos momentos anhelamos la soledad, con el único propósito de encontrar paz, tranquilidad.

La magia es darse cuenta que sin importar cuan oscura y difícil parezca la situación por la que pasamos, al otro día siempre se nos brinda la oportunidad de un nuevo amanecer, que trae consigo ilimitadas oportunidades de hallar lo que se anhela. Las cosas pasan, no hay cadenas que no tengan de una u otra manera forma de romperse. Procura vivir tu vida, no le permitas a nadie destruir lo que has alcanzado, no dejes que los problemas sucumban tu ser y más aún, ten la certeza de que TU tienes la capacidad de encontrar solución a las cosas, no dejes para luego lo que te toca enfrentar ahora, ten la seguridad de que tratando es que crecemos.

lunes, 8 de septiembre de 2008

¡Todavia estoy vivo!


A pesar de casi no poder respirar. Estar conectado a un tanque de oxigeno, con pinchazos de aguja que permanecen en su cuerpo y una condición de salud que cada vez se complica más. Esa fue la expresión que atino a decirme, acompañada de una sonrisa en su rostro: ¡Todavía estoy vivo!

A la verdad, que en ocasiones perdemos de perspectiva lo maravilloso que es estar vivos. El poder despertar cada día, respirar, ver, oler, tocar, hablar… Nos concentramos en otras cosas, y el tiempo y lo ajetreado de nuestro diario vivir, se lleva nuestros días, nuestra vida.

Por eso, más allá, de los problemas que se atraviesan en la vida, más allá de las deudas, conflictos con los demás, las desilusiones, situación económica, complicaciones de salud, lo maravilloso es que todavía estamos vivos. Eso significa que tenemos tiempo para amar, sonreír, saludar, ayudar, compartir, colaborar, divertirnos, reír, llorar, perdonar, reconciliarnos, sentir, pensar…Y un sin número de otras cosas, las cuales a veces se nos olvidan.

Cada día trae lo suyo, y sobre eso no tenemos control. Lo que si te digo, es que este día no va a repetirse, es único e inigualable. Es parte de nuestro camino por la vida, de nuestros recuerdos y de nuestra historia. Podemos elegir cómo vamos a pasar este día, qué vamos a hacer, a qué cosas le dedicamos tiempo, cuáles son nuestras prioridades, pero mejor aún, y más importante todavía, podemos elegir la actitud que vamos a tener en este, ¡nuestro día! Por lo tanto al final, te puedes sentar a reflexionar y este día se puede ver como ganancia o como pérdida. ¡Nosotros elegimos!

viernes, 5 de septiembre de 2008

Aferrarse es parte de la vida

Aferrarse es una palabra que me hace pensar en necesitar o desear algo con intensidad. Es el hecho de uno sentir que esta amarrado, agarrado o sujeto con todas las fuerzas a algo o alguien. Es sentir con tanta intensidad que eso es lo que necesitamos para ser más felices, que solo en eso nos enfocamos con tal de poder obtenerlo. En ocasiones son tantas las ilusiones que nos hacemos en torno a eso, que ideamos todo un mapa mental de como serían las cosas logrando obtener eso, y al contrario, lo incierto que se ve todo si no se alcanza.

En el caminar por la vida, uno ve como la gente se aferra a distintas cosas. En ocasiones esas cosas son materiales, otras veces son anhelos, sueños, personas e incluso la propia vida. Realmente es increíble, la magnitud y la dimensión de lo que algunas personas son capaces de hacer por estar aferradas. Aún conociendo que las cosas son imposibles o inalcanzables, llega nuestra naturaleza al ataque, y el estar aferrados, se convierte en un aire inspirador, una brisa fresca, una esperanza sólida, una fuerza indescriptible, una lucha en la que deseamos ser los vencedores, una intensa batalla con la vida, con las circunstancias y con los obstáculos, hasta lograr aferrarnos más y con más ahínco.

Hay ocasiones en las que se sabe que esa realidad tan anhelada, no llegará, ya sea porque existen mil razones contundentes que lo comprueban, porque paso el tiempo para lograrlo, no nos conviene, o porque sencillamente es poco probable que lo logremos. Sin embargo, ahí ha estado, está y estará: esa capacidad innata de aferrarnos. Quizás sea, porque la ilusión de lograr lo que deseamos, se convierte en una especie de magia que nos envuelve y hace que la realidad de nuestras circunstancias cobre otro sentido.

Aunque, por otra parte, quizás eso a lo que nos aferramos, nos haga convertirnos en personas más fuertes, emprendedoras y luchadoras. Nos ayuda a crecer y ver la vida de manera diferente. Porque independientemente de si se logra o no, esas experiencias nos ayudan a entender y percibir las cosas desde otro punto de vista. Quizás para los que nos rodean parece un sueño vano, imposible y desgastante, pero en nuestro interior recordamos o queremos mantener fijo el pensamiento de que no hay nada imposible, siempre y cuando se tengan deseos y se luche por ello.

En fin, el hecho de aferrarnos a algo, se vuelve necesario, porque es bueno creer que todo puede ser distinto, tal como lo hemos soñado, deseado y buscado. Aunque es importante no perder de perspectiva que cuando algo no se logra a pesar de los esfuerzos, quizás sea bueno enfocar nuestras energías en un nuevo pensamiento y entender que hay ocasiones en las que se debe ceder y desistir. Además, poder tener la capacidad de evaluar la situación, nuestras posibilidades, estado emocional y como resultado cuestionarnos, ¿hasta cuándo aferrarse?

domingo, 31 de agosto de 2008

Un nuevo comienzo...



Hoy decido comenzar de nuevo.
Dejar de lado aquellas cosas que me atan.
Poner mi mente en blanco
y comenzar a escribir una nueva historia.

Hoy deseo comenzar de nuevo.
Ver el mundo como antes solía hacerlo.
Dejar que el optimismo marque mis días,
Llene mi espíritu y escriba nuevas historias.

Hoy espero que las cosas sean distintas.
Poder respirar y sentir que las cosas están como deben estarlo.
Sentir paz, armonía y felicidad.

Hoy anhelo poder comenzar.
Entender que todo pasa por una razón.
Que somos pieza clave en las vueltas que da el mundo.
Sentir que puedo vivir de acuerdo a lo que deseo.

Hoy estoy convencida de que cada día es único.
Cada etapa trae lo suyo.
Cada circunstancia es importante.

Hoy necesito comenzar de nuevo.
Con mi mente clara en lo que deseo.
Con mis pies puestos en la tierra.
Con todos mis sentidos funcionando.

Hoy voy a entender que este mundo
esta lleno de giros y cambios inesperados.
Cada uno de esos cambios hay que aceptarlo
y hacerle frente sin miedo.

Hoy, simplemente hoy… me siento con fuerzas
para determinar que es intolerable para mí y cuales
son los cambios necesarios.

Hoy me voy a dar la oportunidad de sonreír de nuevo.
De encontrarme conmigo misma y sentir la certeza de
que Dios guía cada uno de mis pasos.


jueves, 28 de agosto de 2008

Poder entrar en su mente...

En nuestro diario vivir, nos topamos con personas diferentes, que cuentan con estilos de comunicación y carácter distintos. En ocasiones, tenemos que pedirle algo a alguien o hablamos con los demás y las cosas salen tan bien que uno desearía que así fuera siempre. O por el contrario, salen tan mal, que hay ocasiones en las que me gustaría poder entrar en la mente de la gente y de alguna manera influir en lo que piensa o por el contrario entender lo que guardan sus pensamientos. Por ejemplo:




  1. Cuando por más que se le explica que lo que está haciendo está mal, lo sigue haciendo.

  2. Cuando no entiendo el por qué de una palabra hiriente o una mala actitud.

  3. Cuando sé que tiene derecho a mejores cosas y no lucha.

  4. Cuando me pregunto una y otra vez la razón de sus actos.

  5. Cuando se que sería capaz de lograr cosas, pero piensa que no puede.

  6. Cuando el miedo puede más que el deseo de alcanzar algo.

  7. Cuando hay tanto dolor en su corazón, que eso amarga sus días.

  8. Cuando se que tiene la responsabilidad de hacer algo, pero se le olvida o simplemente no quiere hacerlo (no le da la gana).

  9. Cuando por más que me explico, no me entiende.

  10. Cuando las palabras no van a la par con las acciones.

Me voy en un viaje, pensando que yo podría hacer tal o cual cosa, cambiar aquello, mejorar esto, hacer esto otro o entender tantas cosas. Obviamente se que cada quien es un "mundo" diferente, con valores, estilo de crianza, pensamientos, gustos, intereses, prioridades, experiencias y circunstancias distintas, pero hay ocasiones, que desearía enormemente poder entrar en los pensamientos de esa persona y poder cambiar lo que esta haciendo o incluso entender porque lo hace. Aunque entiendo que las decisiones y las actitudes que se asumen, son un proceso individual.


¿Alguna vez te ha pasado eso?


sábado, 23 de agosto de 2008

El engaño


A través de la historia, el engaño ha formado parte de las relaciones interpersonales que mantienen las personas, convirtiéndose en parte de la vida social de los seres humanos. De manera sutil, cobra sentido y permanece aliado a muchas relaciones. El engaño se ve como una escapatoria a la verdad. Se escoge engañar; decir o no decir, he ahí el dilema.

Engañar es faltar a la verdad en lo que se dice, se hace, se cree o se piense y pretender que alguien entienda por cierto lo que no lo es. Existen varios factores que pueden influir para que una persona engañe o mienta. Factores que ponen en jaque a la honestidad. Realmente el engaño a veces hace que la gente se escape de situaciones difíciles de la mejor manera posible. Si nos ponemos a pensar, en nuestra vida tienen que haber recuerdos de algunos sucesos en los que escogimos engañar. Ya sea por amistad, compasión, conflicto de intereses, beneficio propio, miedo, sufrimiento, necesidad, deseos, placeres: se engaña.

He escuchado a personas decir que el engaño está justificado. Incluso, que es necesario para poder mantener relaciones cordiales con los demás. Por ejemplo, si alguien que está contento respecto a la manera en que se viste, y a uno le parece de mal gusto, y se nos pregunta nuestra opinión... ¿Qué haríamos? Hay dos opciones, decirle a la persona que luce bien (pensando en no lastimarla), o decirle que nos parece desagradable la ropa. Aunque se busquen con calma las palabras, para tratar de decirlo de la mejor forma posible, la realidad es que ignoramos la reacción que va a tener la persona en ese preciso momento. Ahí es cuando el miedo o la preocupación de lastimar, en algunas ocasiones, nos hace recurrir al engaño. Viéndolo así, hasta parece un asunto ético.

Existen muchos ejemplos de sucesos por los cuales engañamos, y así también, existen muchas versiones respecto a si está bien o no, si es correcto o incorrecto. Sin embargo, la realidad es que cuando uno se acostumbra a evadir o suprimir la honestidad, sería bueno reflexionar acerca de la persona en que nos estamos convirtiendo. Nadie está exento del engaño, eso es un hecho, ya sea a menor o mayor escala y por razones que parezcan justificables o injustificables.

Ante esto, se debe recordar que la realidad del asunto es que el engaño daña, corrompe, deteriora y anula las relaciones, porque somos seres sociales, que en toda esfera dependemos de las relaciones con los demás. Tomando esto en cuenta no se debe perder de perspectiva que ya sea una amistad, una relación de trabajo, un noviazgo o un matrimonio, lo que nutre, mantiene y fortalece es la confianza. Una vez eso se rompe, es difícil recuperar el camino recorrido. Además, el dolor que se siente al ser engañado, para muchas personas es muy difícil de tolerar, ya que no resulta fácil entender como una persona en la que se confiaba fue capaz de engañar. La desolación, desesperación y la frustración se apoderan de ese ser. Etapas que se superan poco a poco teniendo al tiempo de aliado. Por lo tanto, esta en nuestra toma de decisiones lo que vamos a elegir. Cada quien es responsable de sus acciones o inacciones. Pero será bueno recordar, que la vida no debe convertirse en un paquete de engaños, porque eso tiene como resultado que quedemos atrapados en nuestras propias mentiras y engaños, de manera tal que se distorsiona la manera en que percibimos el mundo y nos relacionamos con los demás.

Engaño... un mal que se quiere justificar como necesario. Sin embargo, como dijo Abraham Lincoln "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo. todo el tiempo".

domingo, 10 de agosto de 2008

Las Palabras


Las palabras son el susurro de nuestros pensamientos. Son el medio que tenemos de expresar lo que sentimos, de lo que queremos y de nuestras reacciones. Son el resultado de lo que percibimos y de nuestra manera de entender el mundo y a las personas que nos rodean. Palabras que se convirten en frases, oraciones, versos, poemas, mensajes que van directo a nuestros sentidos. Lo maravilloso de las palabras es que somos los dueños de lo que pronunciamos y de lo que callamos.

Hay palabras que transforman, que cuando las decimos, sentimos que hemos revelado algo que teníamos oculto. Entendemos que esas palabras pueden ser dulces, suaves, agrias, amargas y que tienen una carga emocional que provoca reacciones en los demás. Hay palabras que cuando las escuchamos, pareciera que el mundo se detiene y que solo estamos nosotros y lo que acabamos de escuchar.

Hay palabras que transforman, porque cuando las escuchamos nuestra vida cambia para siempre. Palabras que te elevan, te hacen ver la vida diferente, palabras que no quieres dejar de escuchar jamás. Hay palabras que se convierten en una necesidad, y hasta en ocasiones nos volvemos dependientes de ellas.

Hay tantas palabras que llevo guardadas en mi corazón. Palabras que he dicho. Palabras que he callado. Palabras que he escuchado de otras personas, y el alcance de esas palabras ha sido tal, que las llevo guardadas como un preciado tesoro en mi corazón.

Hay palabras que cuando las escuchamos, parece que iluminan nuestro ser. Escucharlas se convierte en un hermoso sonido que cobra sentido a través del significado que le damos. Nos llenan, nos ofrecen consuelo, valentía, nos estimulan, motivan, ilusionan, enamoran, nos hacen sencillamente feliz.

Pero también hay palabras que al oírlas, nos destruyen, dañan, hieren, desilusionan, frustran. Palabras que jamás deberíamos escuchar y que pensamos no merecer porque no las entendemos. Son palabras que transmiten sentimientos oscuros. Tan oscuros, que parece no tener sentido, porque no podemos ver con claridad la razón de su existencia.

Las palabras son el reflejo de lo que uno lleva dentro y también de nuestro autocontrol. Son nuestro medio de comunicación. Pueden ser tan convincentes para cambiar una vida o tan irreales como para causar dolor.

Hay palabras que deberíamos decir más a menudo, y hay otras que deberíamos dejar guardadas en el baúl del olvido. Hay palabras que nos acompañaran siempre y que le dieron sentido a nuestra existencia en algún momento. En la vida voy cultivando palabras, voy reciclando algunas, reproduciendo otras, archivando unas y pensando en otras que diré en algún momento.

Hay palabras que transforman…. Porque como dice la canción “Una palabra no dice nada y al mismo tiempo lo esconde todo”.

viernes, 8 de agosto de 2008

La tolencia y sus complicaciones


Buscando una definición que me complaciera encontré que la tolerancia es la capacidad de conceder la misma importancia a la forma de ser, de pensar y de vivir de los demás que a nuestra propia manera de ser, de pensar y de vivir.

La tolerancia es una palabra exquisita. Todo lo que encierra va dirigido a tener mejores relaciones humanas respetando la diversidad, la cual encierra muchos aspectos de nuestra esencia como personas. Entendiendo el concepto, sirve para que haya un balance entre las costumbres, gustos, tradiciones, intereses y acciones de las personas.

Sin embargo, la tolerancia es un alma de doble filo. Más bien, la interpretación que la gente le da a lo que es tolerancia. Debido a que muchas veces se pide más tolerancia de la que se podría dar.

La tolerancia en ocasiones hace que la gente pierda la perspectiva de las cosas. Por tener tolerancia, la gente a veces aguanta lo inaguantable y se someten a formas de vida que jamás deberían permitir.

Soy una persona tolerante, para perder la paciencia, se necesita que sea un incidente fuerte. Sin embargo, he estado pensando que en ocasiones la gente abusa de esa tolerancia y la confunden a nivel de que se convierte en abuso. Más aún la tolerancia en esos casos, se fundamenta en que uno tenga el deber de entender las necesidades, intereses, prioridades e importancias de esa persona.

Analizando la tolerancia, me he percatado de que por un lado están las personas que piensan que hay que tolerarles todo. Ya sea por amistad, por amor, por ser familia, por solidaridad, por compasión, por lo que sea... abusan bajo la excusa firme de que hay que comprenderlos.

Me pregunto... ¿qué lleva a un ser humano a abusar de otro? ¿Qué lleva a un ser humano a pensar que hay que aguantar todo en nombre de la relación que se tiene? ¿Por qué se pide entendimiento, cuando se es incapaz de entender al otro?

Más aún... he escuchado de muchas personas decir que lo sienten, pero que hacen las cosas sin percatarse de que están lastimando, abusando o maltratando emocionalmente a alguien. ¿Es eso posible?, ¿Hasta que punto nos convertimos en personas inconscientes a nombre de que los demás nos toleran?

Y tengo otra duda, ¿hasta donde se tolera y aguanta antes de uno cansarse? Se que cada cual tiene un limite distinto, y algunos a pesar de las situaciones, aún no han llegado al limite de la tolerancia.

La realidad es que todos en la vida, en un momento u otro, nos hemos topado con este problema, esta incertidumbre de estar cansados de algo, de una actitud, inactitud, acción u omisión, abuso intencional o sin querer. Sentir que ya no se soporta más, pero por una extraña razón se sigue ahí tolerando lo intolerable.

Hoy me siento frustrada, porque hay gente que a pesar de que se les deja saber que lo que están haciendo no es bueno, siguen con lo mismo a expensas de que se les tolere y se les de tiempo. A veces se les tolera, pensando que algo podrá cambiar esa situación (esperanza, pura esperanza) , o porque uno siente cierta obligación moral. Detrás de eso se encuentra el simple hecho de que esa persona ha bloqueado la capacidad de ver las necesidades e intereses de los demás o sencillamente no le importan, porque sus necesidades son prioridad. Y ante eso me pregunto, ¿habrá alguien tan tolerante conmigo y mis necesidades?

domingo, 27 de julio de 2008

Delfin Rosado


En las aguas del Rio Amazonas vive un delfín poco común. Un delfín que vive en agua dulce. Su color lo hace peculiar y más aún todas las leyendas que rodean su existencia, convirtiéndolo en parte de la vida espiritual de los indígenas de la región.

El delfín rosa... o según los indígenas, bote.

Tiene mayor movimiento que otros delfines. Se mueve en las densa y turbias aguas del Amazonas. Es ejemplo de entereza, ya que prácticamente es ciego, debido a la turbulencia de las aguas, por lo que encuentra su comida a través de la ecolocalización. Tiene un hocico largo y su color varia según la edad y la actividad física, de rosado, a marrón claro y gris azulado.

Según información encontrada, "son inteligentes y sociables, por lo que se relacionan fácilmente con los humanos, especialmente con aquellos que se desplazan en embarcaciones pequeñas, a las que se acercan con ánimo de jugar y de contestar sonidos con sus cantos de sirena".

Cuenta la leyenda que el delfín rosado fue un joven guerrero indígena. Sin embargo, uno de los dioses le envidió sus atributos masculinos y decidió transformarlo el delfín y con esto condenarlo a vivir en los ríos y lagos del Amazona.

Durante el mes de junio, siendo la época de fiestas y danza, ya que los indígenas celebran los natalicios de sus santos, los delfines rosados, salen del agua en la noche, transformados en hombres, para seducir a las mujeres. Vestido siempre de blanco, y con un sombrero de paja que cubre su cabeza, el delfín se acerca a las mujeres con sus encantos, palabras hermosas y un atractivo físico. Además, baila perfectamente y las seduce con picardía. Logrando así, llevarlas a dar un paseo por el borde del río.

Al poco tiempo la mujer queda embarazada, sin recordar lo sucedido. Por esto, todos los hijos que nacen sin padre, son para los indígenas, responsabilidad de los delfines rosados. Por esto, las mujeres indígenas evitan acercarse mucho al río.


Delfín rosado, culpable de seducir a las mujeres inocentes, padre de muchos hijos.... inclusive los registran en las notarias como hijos del delfín.

En fin... me encantan los delfines y este en particular aún más, porque tiene un toque misterioso, que acompaña su belleza.
¿Leyenda, mito? Cada país tiene lo suyo y son formas que se utilizan para tratar de explicar lo que parece inexplicable o extraño. Siendo contada con elementos fantásticos e imaginativos.

viernes, 25 de julio de 2008

Preguntas


Tantas preguntas que tengo deseos de hacer.
Preguntas que transitan entre mis pensamientos.
Preguntas que agitan y dan vueltas en mi cabeza.

Preguntas que intento asfixiar entre la lógica y la razón.
Pero se convierten en parte de mis días.
Mantienen la duda e incertidumbre en mi corazón.

Preguntas que a pesar del tiempo, siguen insistiendo en ser contestadas.
Preguntas que tengo el derecho a hacer y a escuchar tu contestación.
Preguntas que por más que quiera olvidarlas, siguen ahí.

Son preguntas, que me gustaría hacer.
Dejarlas fluir de mi boca y que lleguen a tus oídos.
Tener la oportunidad de escuchar una respuesta que le de explicación a tantas cosas.

En el silencio de la noche, en mis momentos de soledad, cuando menos lo pienso, ese ¿por qué?, pide en un grito silencioso ser contestado.

¿Por qué?
¿Qué pasó?
¿Que ocurrió?

¿Qué cambió?
¿Qué sientes?
¿Fuiste capaz?

¿Quién dice la verdad?
¿Qué significó?
¿Qué pasará?

¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?

Simplemente… ¿Por qué?
Aunque no se si las respuestas que reciba tranquilizaran mis dudas.
Quizás las respuestas son tan vacías, como la sensación que tengo por no tenerlas.