CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

viernes, 28 de noviembre de 2008

Hay Días...



Hoy estaba hablando con una persona que se sentía desanimada. Me decía “hoy no ha sido un día fácil” y me trataba de explicar lo fuerte que es la vida en ocasiones. Su voz se entrecortaba y silencios prolongados daban espacio para que yo pudiera entender que necesitaba que se le escuchara. Esta persona me explicaba como estaba agotada por todas las vicisitudes que se pasan. Realmente, esta persona se sentía cansada y tiene derecho a estarlo porque su condición de salud no es la mejor. Durante la conversación le explique que hay días en los que sentimos que las fuerzas se nos acaban, días en los que parece que el desanimo nos vence y el pesimismo nos atormenta. Realmente la vida no es fácil, hay un sinnúmero de situaciones que ocurren en el día a día, las cuales parecen agotarnos y absorbernos toda la energía que poseemos.

Hay ocasiones en las que se lucha a todo vapor. Momentos en los que el optimismo y positivismo nos inunda y parece que no hay nada que pueda hacernos perder la fe y esperanza. Días en los que estamos abiertos al dialogo y a escuchar los consejos de los demás. Por el contrario hay días que nos marcan, días en los que solo queremos que una fuerza misteriosa se lleve todos los problemas y sentimos que no tenemos la capacidad de poder continuar. En esos días la cama se vuelve nuestra mejor compañera, incluso el aislarnos de los demás parece una buena alternativa. Los pensamientos nos transportan lejos, pero todos los caminos conducen a la desesperanza y frustración. La tristeza nos invade y no se entiende el por qué de tantos problemas. Se siente una terrible soledad y pesimismo. La realidad es que no hay explicación lógica que nos convenza o explique el porque de todo lo que nos acontece.

La vida tiene sus misterios. Misterios que dependiendo nuestro estado de ánimo, se pueden ver como retos o problemas. Esos misterios son enfermedades, dificultades económicas, familiares, laborales, e incluso con amistades o vecinos. El amor, desamor, pérdidas, cambios, son factores que pueden causar tristeza y que en ocasiones, nos pueden llevar a sentirnos exhaustos y extenuados. Las fuerzas parecen desaparecer porque nos cansamos de luchar, luchar y sentir que vamos a veces en contra de la corriente. En ocasiones todas las energías se concentran en algo y a pesar de poner todo nuestro empeño y fe en eso no vemos ningún cambio positivo que nos favorezca. El paso del tiempo y la continuidad de ciertas situaciones cansan, desaniman, frustran y duelen en lo más profundo de nuestro ser.

Indiscutiblemente tenemos derecho a sentirnos tristes, porque somos seres humanos que sentimos, percibimos, pensamos y actuamos. Sin embargo, lo importante es entender que todo pasa, y ese momento de desanimo pasará. Entendiendo que no se le debe dar demasiado espacio a los pensamientos dañinos, negativos y destructivos. Porque esos pensamientos nos nublan la capacidad de superar las situaciones y los momentos de crisis. Todo pasa. Hay que sustituir los pensamientos negativos por nuevos y refrescantes pensamientos. Hay cambios que son necesarios, hay decisiones que se deben tomar, hay metas que alcanzar, y lo mejor es que estamos vivos para poder lograr superar esos momentos difíciles. Debemos entender y reconocer que las cosas no siempre ocurren en nuestro tiempo, ya que hay un tiempo justo para todo. Las cosas pueden mejorar cuando mantenemos una actitud positiva y cuando nos concentramos en tomar acción en aquellas cosas que podemos hacerlo. Calma que “no es vencido sino el que cree serlo”.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Ojala el entendiera...


Esta es la historia de dos personas que se aman intensamente. Ella lo ama a él y quisiera ser entendida, pero por alguna extraña razón, hay varias cosas que él no comprende. Quizás sus neuronas masculinas son las culpables de que no vea los puntos de ella, las cosas que le gustan y aquellas que son verdaderamente importantes. Aquellas cosas que la hacen feliz, aunque a simple vista parezcan insignificantes. Esas cosas pueden ser las mismas que muchos hombres en la faz de la tierra no logran entender.


Ojala él entendiera que…



  • Ella es una mujer valiosa, que tiene mucho que ofrecerle a él y al mundo. Una mujer perseverante, luchadora y que no permite que las barreras le impidan alcanzar sus metas. Una mujer que lo ama con todo su corazón.

  • Ella valora la honestidad y la confianza. Ella siente que hay muchas preguntas e incertidumbres a las cuales él no le ha dado respuesta.

  • Ella no quiere ni desea pelear, solo desea exponerle sus puntos de vista, desea ser escuchada, comprendida y que se le brinde seguridad. Solo quiere conversar y que juntos puedan hallar una solución. Comunicarse es lo más importante en la pareja, si eso se pierde, lo demás se acaba. Hay que encontrarle solución a las cosas.

  • Ella extraña los detalles, y el sentirse sorprendida por esas pequeñas cosas que el hacía antes. Hay fechas importantes que no se deben olvidar. También ella extraña escuchar palabras que cultiven ese amor.

  • Ella le gusta sentirse importante. No una importancia egoísta, sino una importancia que solo brinda el sentirse valorada y una prioridad en su vida. Esa importancia que se le da a quien uno ama. Esa importancia que hacía sentir que todo lo demás pasaba a segundo plano.

  • Ella no entiende, no le gusta, le lastima ver como se le esconde como si fuera un gran secreto, o la peor de las mujeres. Las llamadas, su nombre, sus regalos, parecen ser algo misterioso que hay que ocultar.

  • Ella se siente sola. Sola porque ha perdido a su mejor amigo, a su confidente, a la persona que sentía podía contarle todo. Ella tiene deseos de hablar hasta el cansancio, poder decirle las cosas cuando pasan, de sentir sus besos, de salir, de compartir con él, de estar entre sus brazos.

  • Ella le agradece el tiempo que le da. Pero siente que no es suficiente, la prisa y el apuro, se han convertido en la cotidianidad de sus conversaciones.

  • Ella intenta entender, como se ha postergado por tantos años algo que ya ha de estar resuelto. Ella ha puesto su mayor esfuerzo en lograr resolver eso. Sin embargo, él ha puesto excusas que cada día los tiene más lejos.

  • La rutina no es buena, porque daña lo construido. Hay que dar espacio para compartir en pareja aquellas cosas que ambos disfrutan. Las demás cosas se hacen en su momento. Cada cosa tiene su tiempo. Se puede lograr un balance.

  • Que hay cosas que lastiman a una mujer. La sensibilidad, delicadeza, forma de pensar, a veces influyen en eso. Ella quiere olvidar todo, pero a veces se topa día tras día con la misma realidad.

  • Que el tiempo pasa, la distancia separa. Las decisiones que se postergan demasiado, no se toman.

La realidad es que cuando se encuentra lo más anhelado, hay que aprender a cultivarlo día tras día. El verdadero amor no se encuentra con facilidad, por lo que cuando lo hallamos, hay que abrazarlo con todas nuestras fuerzas y dar lo mejor de sí para que las cosas funcionen. El interés todo lo puede... Como dice un amigo... el que quiere, puede!

lunes, 24 de noviembre de 2008

Silencios



Hay silencios que torturan. Silencios que se vuelven murallas entre las personas. Silencios que parecen amarrar en la incertidumbre y atan obligando a los pensamientos a permanecer distantes de la honestidad.

Silencios que quisiéramos eliminar de nuestra vida. Silencios que no nos gustan, porque no los esperamos. Silencios que duelen porque envuelven desconfianza y se traducen en falta de valentía. Silencios que anhelamos descifrar, entender, decodificar.

Hay silencios necesarios, silencios en los que entendemos todo sin que se nos diga una sola palabra. Pero hay silencios que traspasan el corazón, que por más que se busque no se halla, por más que se trate, no se logran comprender.

Silencios que no se entienden. Silencios que guardan, esconden, ocultan, mienten, manipulan, desesperan y confunden. Silencios que hacen que las noches parezcan interminables y los días sin luz, difusos.

Silencios que no tienen razón de ser. Silencios que se escogen por miedo, cobardía, confusión o mentira. Silencios que hacen daño y que se deben evitar. Silencios que alejan, distancian, separan y desunen lo que una vez fue armonía, comprensión, confianza y unión.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Una anécdota de mi niñez

Hay momentos que pasan en la vida y son tan importantes que no se olvidan. Mi niñez está llena de muchos recuerdos que alegran mi vida. Como toda niña, me encantaba jugar, en especial con mis primos y hermana. Los veranos eran felices para mí, ya que disponía de todo el día para jugar y estar en casa de mis abuelos, donde me cuidaban. Me fascinaba correr bicicleta, inventarme juegos nuevos y ser la protagonista de los mismos.

Hoy estaba recordando una ocasión en particular en donde me preocupaba morir. Más bien, lo que me preocupaba era morir y no ser recordada. Tenía unos ocho o nueve años y creo que me había afectado la idea de que pudieran existir seres extraterrestres. Debido a esto, y con una mezcla de ficción y arqueología, decidí poner varios objetos en una bolsa de plástico. En ese momento pensé que si pasaba algo y todas las personas que conocía desaparecieran, era importante que alguien o esa nueva raza de extraterrestres, pudieran recordar cómo éramos. Me acuerdo que escribí una cartita, aunque por más que trato no me acuerdo con exactitud de los detalles. Se que les escribí sobre las cosas que hacíamos y que éramos “buenos e inteligentes”. Le añadí a la bolsita, centavos y un juguete pequeño que tenía y la cerré bien.

Después de hacer esto, me fui al patio de la casa de mis abuelos y busque un lugar especial, procurando acordarme dónde. Agarre un cuchillo e hice un hoyo en la tierra. No muy profundo, ya que me dio mucho trabajo, pero lo suficiente como para que mi abuelo no pudiera encontrarlo. Allí enterré mi mejor idea para hacerme notar algún día. Allí enterré mi preocupación porque no se olvidaran de mí y algún día poder ser importante, así como los indios, de cual hoy hay tantos hallazgos. Esa era mi idea, así quería que fuese, que cuando alguien hallase lo que enterré se sintiera interesado en conocer más.

En el momento que lo hice fue un juego. Aunque quizás algún día, alguien encuentre la bolsita en la tierra y le de curiosidad. Pensando en eso, ojala todos mantuviéramos a través de nuestra vida ese deseo por ser recodados por futuras generaciones. Recordados por todo lo que fuimos capaces de hacer, por lo que ayudamos a los demás, por seguir nuestros sueños, por alcanzar nuestras metas, por las cosas maravillosas que nos distinguen. Por hacer la diferencia, a pesar de que sea difícil y cueste trabajo hasta el punto de ir contra la corriente. Realmente valdría la pena pensar de vez en cuando ¿cómo voy a ser recordada/o?, y también analizar si hemos hecho todo lo que está en nuestras manos porque nos guste ese recuerdo.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Decídete, este es el momento


Me dirijo a ti. A ti que lees esto y escondes dentro de tus pensamientos tantas cosas. Guardas para ti, muy celosamente muchos detalles que no quieres compartir. Me dirijo a ti, en este momento que la duda te atormenta. Que sientes que no serás capaz de hacer eso que anhelas por miedo, inseguridad, desconfianza.

La vida a veces te sorprende trayendo día tras día problemas que parecen hundirte más en la confusión. Se hace difícil poder tomar decisiones sabias. Son muchas las opiniones y muchas las ideas que cruzan tus pensamientos y parecen atormentarte con la pregunta que circula ¿Qué hago?

No hay soluciones fáciles, ni mucho menos decisiones que no tengan consecuencias. No hay seguridad en nada. Pero mayor inseguridad causa el mantenerte atado a la indecisión. Recuerda que el faro de tu vida debe alumbrar paz, tranquilidad y amor. Recuerda que la estabilidad es necesaria para mantenerse a flote en este mundo. Recuerda que los temores atan de tal manera que te nublan la posibilidad de volar, de ser libre, de comenzar un nuevo día con la certeza de ser tú y solo tú el dueño de tu vida.

El tiempo pasa y el momento es ahora. Tienes la capacidad, la madurez, la inteligencia para tomar decisiones acertadas. No le temas a tus decisiones. No huyas desesperadamente del tiempo en que te toca decidir. No evadas más la realidad, tu realidad. Recuerda que tienes ese poder interno que te hace evaluar de manera acertada las cosas. No olvides que Dios guía cada uno de tus pasos y si confías en El, El te dirigirá y protegerá. Puedes hacerlo, confía, no le des más espacio a las dudas y temores. Repítelo: "Puedo hacerlo".

Decisiones que se deben tomar. Decisiones que son necesarias para crecer como personas, para lograr la felicidad, la seguridad, el amor, la estabilidad. Decisiones que marcaran un rumbo distinto a nuestra vida. Pero ese camino puede estar lleno de una vida mejor. De eso se trata la vida. De escoger, de saber elegir, de pensar y evaluar lo que mejor nos conviene y de poner en acción lo decidido. La vida pasa, no espera, y las decisiones que se postergan, terminan confundiéndonos o dañándonos más. Decídete porque cuando mires atrás serás el responsable de lo que digas “desearía haber hecho o estoy feliz de haberlo hecho”. Decídete, este es el momento.